Obras maestras de vino y licores en su puerta
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Un grandísimo vino que refleja lo mejor que se produce en el Rive droite del Bordeaux, he aquí el Château La Gaffelière. Enclavado entre las colinas de Pavie y Ausone, al sur del pueblo de Saint-Emilion, los primeros vestigios de este Domaine vinícola se remontan a la antigüedad romana, como atestiguan los restos descubiertos en 1969. Su nombre procede de "Gaffets", término utilizado para designar a los leprosos en la Edad Media, cuando Saint-Emilion albergaba una leprosería. En aquella época, la mayoría de ellos llevaban un bastón, el "gaffe", que utilizaban para mendigar y desplazarse.
Desde hace más de tres siglos, la propiedad está regida por la familia Malet-Roquefort, que no ha cesado de desarrollar el terruño con pasión y energía, añada tras añada.
El Château La Gaffelière se denominará Premier Grand Cru Classé a partir de la creación de la clasificación de Saint-Emilion en 1955. Gracias a la gran reputación de sus vinos, conservará esta distinción hasta la añada 2021 incluida. A principios de 2022, Domaine optará por retirarse de la clasificación, cuya próxima edición debía oficializarse en septiembre de ese mismo año. Así, a partir de la añada 2022, la etiqueta del Château La Gaffelière mencionará únicamente la denominación Saint-Emilion Grand Cru.
El Château La Gaffelière cuenta con un viñedo de 22 hectáreas con exposición sur, repartidas en los tres terruños específicos de Saint-Emilion: la meseta calcárea, la ladera arcillo-calcárea y el pie de la ladera compuesto de sílice. Las variedades de uva son 70% Merlot y 30% Cabernet Franc. Los vinos envejecen entre 12 y 15 meses en barricas de roble francés, de las cuales el 50% son nuevas.
Un vino Second se elabora con el mismo cuidado que su ilustre mayor, Clos La Gaffelière.
El Château La Gaffelière ofrece vinos que combinan frescura, complejidad y pureza de fruta. Su potencia controlada y su textura aterciopelada son la firma de un terruño excepcional.
Las suaves temperaturas de finales de invierno propiciaron una brotación precoz.
La estación cálida y seca provocó un gran estrés hídrico a la planta pero limitó el riesgo sanitario.
Sin embargo, nuestras viñas se encuentran mayoritariamente en laderas con suelos arcillosos, por lo que recibieron un aporte hídrico suficiente.
La vendimia fue precoz: desde principios de septiembre para las viñas situadas en laderas.
El mes de septiembre - muy caluroso pero marcado por dos episodios de lluvia - favoreció una maduración óptima de los merlots y una expresión muy aromática de los cabernets.
