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Obras maestras de vino y licores en su puerta
2º Grand Cru Classé en 1855
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El Château Rauzan-Ségla refleja la riqueza y la elegancia de los grandes vinos de Margaux. Fue en 1661 cuando Pierre Desmures, un comerciante bordelés, adquirió la casa Gassies, que se dividió en dos más de un siglo después: Château Rauzan-Gassies por un lado y Château Rauzan por otro. Esta última se convirtió en Rauzan-Ségla bajo la égida de la hija del barón Pierre-Louis de Ségla. El vino de Domaine sedujo en 1787 a Thomas Jefferson, futuro presidente de Estados Unidos y embajador en París. Tanto que encargó varias cajas para él y en nombre de George Washington.
El Château Rauzan-Ségla pasaría a llamarse Second Grand Cru Classé en la famosa clasificación de 1855 para la Exposición Universal de París. Propiedad de Chanel desde 1994, el viñedo de 70 hectáreas está situado en un terruño que constituye un tesoro de valor incalculable. Los suelos se componen de grava arcillosa fina y profunda, plantada con un 62% de Cabernet Sauvignon, un 36% de Merlot, un 1% de Cabernet Franc y un 1% de Petit Verdot. Los vinos envejecen durante 18 meses en barricas de roble francés, el 60% de las cuales son nuevas.
El Domaine produce un vino Second, Segla, que se expresa muy bien pero con menos profundidad que su hermano mayor.
Los vinos del Château Rauzan-Ségla, nacidos de la precisión y la pasión tanto en el viñedo como en la bodega, son de una gran finura, estructurados, permitiendo que la pureza de la fruta brille a lo largo de todo el vino.
Este segundo Grand Cru Classé Margaux nació en muy buenas condiciones climáticas, favoreciendo así unos perfumes y sabores excepcionales, fuera de lo común:
Pequeñas frutas negras como la guinda, la mora y la grosella negra con un toque de balsámico tostado seguido de un toque de regaliz sobre un ligero toque de menta violeta y vainilla de chocolate negro. El paladar es denso con taninos apretados y finamente cincelados.
Las botellas de la bodega se depositan, protegidas de la luz y del ruido, durante varias décadas con un grado higrométrico óptimo del 70%, cuidando de realizar catas sucesivas para optimizar su asíntota cualitativa con el paso del tiempo.
Decántelo el día anterior para que tenga tiempo de expresarse plenamente y revelar sus esplendores olfativos y gustativos.