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Obras maestras de vino y licores en su puerta
Baron Otard
La Casa de Cognac Baron Otard es un icono del mundo de los espirituosos, reconocida por su artesanía y sus excepcionales Cognacs. Fundada en el siglo XVIII, esta casa de Cognac cuenta con una rica historia y un terruño único que confieren a sus productos una identidad inigualable.
La Casa de Cognac Baron Otard es un icono del mundo de los espirituosos, reconocida por su artesanía y sus excepcionales Cognacs. Fundada en el siglo XVIII, esta casa de Cognac cuenta con una rica historia y un terruño único que confieren a sus productos una identidad inigualable.
La historia de la familia Baron Otard se remonta a Francisco I, rey de Francia en el siglo XVI. Jean-Baptiste Antoine Otard, miembro de la nobleza y firme defensor del rey, decidió huir de la Revolución Francesa en 1785 y se exilió en Inglaterra. Fascinado por el coñac, decide crear su propia casa comercial y se convierte en un incansable embajador de los espirituosos. Unos años más tarde, en 1795, regresó a Francia y eligió Cognac como cuna de su casa, donde se instaló en el Château de Cognac, una imponente fortaleza medieval a orillas de la Charente.
A lo largo de las generaciones, la familia del Barón Otard ha transmitido su saber hacer único y su amor por el Cognac, consolidando el patrimonio familiar en el corazón de esta prestigiosa casa. Los miembros de la familia han sabido mantener las tradiciones ancestrales al tiempo que adoptaban métodos innovadores para producir coñacs de... Ver más ...
Descripción Baron Otard Vintage 1972
Elaborado a partir de un único aguardiente de Petite Champagne, este Cognac Millésimé ha alcanzado la cima de su madurez.
De ataque generoso, este Cognac desarrolla notas de frutas confitadas como el albaricoque confitado y la ciruela seca. La segunda nariz invita a viajar con sus aromas de madera de sándalo y naranja confitada.
Un envejecimiento equilibrado entre bodegas secas y húmedas ha liberado la opulencia de los aromas, plenamente desarrollados entre la fruta y el rancio característico de los aguardientes viejos.
El paladar armonioso libera aromas sutiles que recuerdan la fruta bañada por el sol de verano y los de las flores blancas.
El paladar armonioso libera aromas sutiles que recuerdan la fruta bañada por el sol de verano y los de las flores blancas