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Obras maestras de vino y licores en su puerta
Lhéraud
Cognac Lhéraud es una casa de Cognac artesanal, reconocida por su compromiso con la tradición y la excepcional calidad de sus Cognacs. Fundada por la familia Lhéraud hace más de cuatro generaciones, esta casa familiar perpetúa con pasión el saber hacer ancestral, a la vez que celebra las maravillas del terruño de Cognac.
La historia de la familia Lhéraud se remonta al siglo XIX, cuando Léopold Lhéraud, viticultor apasionado, decidió empezar a producir coñac. Desde entonces, la familia se ha comprometido a preservar y transmitir su saber hacer único de generación en generación.
Los viñedos de la casa están situados en el Grande Champagne cru, el más prestigioso de la región, famoso por su suelo calcáreo único. Este terruño da lugar a uvas de calidad excepcional, ricas en aroma y carácter, que son la base de los coñacs de Lhéraud.
Lhéraud concede gran importancia a una rigurosa selección de la uva. La vendimia se realiza a mano, lo que permite una selección meticulosa de los racimos más maduros y sanos. Esta atención al detalle se refleja en la calidad de los aguardientes producidos, que se destilan tradicionalmente en alambiques de cobre. Este método artesanal garantiza la conservación de los aromas sutiles y la riqueza del terruño en los Cognacs Lhéraud.
El envejecimiento de los Cognacs Lhéraud es un proceso meticuloso que tiene lugar en bodegas tradicionales.... Ver más ...
Descripción Lhéraud Fins Bois 1982
Este maravilloso aguardiente se nos presenta en la botella clásica de los Cognacs Lheraud, copia de una botella del siglo XVIII.
Obtenido de la cosecha de 1982, los aguardientes que dieron origen a este gran Cognac proceden exclusivamente de uvas cultivadas en el terruño de Fins Bois, un terruño único que confiere elegantes aromas florales a las uvas ugni-blanc. Dado que estas eaux-de-vie no suelen embotellarse solas, sin mezclarse con otros terroirs, este Fins Bois 1982 es, por tanto, una oportunidad única para degustar el inimitable estilo de este terroir a través de una añada antigua.
Con su magnífico color ámbar, este seductor Cognac presenta un aroma que recuerda a los huesos de albaricoque, las nueces y el moscatel. También emergen deliciosas notas de turrón blanco, paz de especias y miel, así como suaves matices de chocolate negro. Un toque de azahar se suma a este conjunto elegantemente complejo.
En boca es perfectamente equilibrado, redondo y armonioso. La gourmandise está a la orden del día, con notas de vainilla y crème brûlée, sin pesadez pero con una bella intensidad. De fondo, las notas afrutadas de pera y albaricoque confitado. Un paladar complejo y delicado nos acompaña durante largos segundos... Un coñac innegablemente encantador.