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Obras maestras de vino y licores en su puerta
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La casa Louis Roederer es uno de los nombres en boca de todos cuando se habla de las grandes casas de Champagne, siendo todavía una de las Rare que sigue siendo propiedad familiar desde hace ya más de dos siglos.
Reinando sobre un viñedo de 240 hectáreas clasificado como Premiers Crus y Grands Crus, la casa Louis Roederer nunca ha dejado de ofrecer generosos Champagne que engalanan cualquier ocasión.
Fue en 1833 cuando Louis Roederer heredó la casa de su tío: la casa Champagne Dubois Père et Fils de Reims, que había fundado en 1776. A partir de entonces, optó por dar la vuelta a los usos y costumbres de la región y se mostró dispuesto a controlar todas las etapas de la fabricación de su Champagne. En aquella época, la comercialización era asunto de los comerciantes de vino, mientras que los viñedos pertenecían enteramente a los viticultores. Así, en 1845, el Louis Roederer compró unas quince hectáreas de viñas clasificadas como Grand Cru y adquirió el estatuto de viticultor-negociante para conciliar los dos oficios.
En 1876, Louis Roederer II, que sucedió a su padre tras su muerte en 1870, creó una cuvée especial para el consumo exclusivo de los zares de Rusia, la famosa Cuvée Cristal, a petición del zar... Ver más ...
La cuvée Collection 243 ha sido creada a partir de vinos Réserve perpétuelle y Réserve sous-bois-aged, completados en su mayoría por la cosecha 2018.
El número Collection, que representa el número de mezclas desde la creación de la Casa Louis Roederer, también permite a todos los amantes del vino elegir su vino según el grado de juventud o madurez que deseen y aprecien.
La primera nariz deja desarrollar un frescor muy hermoso. Las frutas maduras son omnipresentes, como la ciruela Mirabelle revelada por el Pinot Noir, notas dulces de cítricos (tarta de limón), delicadas fragancias de flores blancas (jazmín) reveladas esta vez por el Chardonnay.
En boca es denso, profundo y estructurado. El Pinot Noir aporta una sustancia carnosa que continúa con una frescura salina y un toque de amargura.
La potencia y la riqueza del Pinot Noir maduro se complementan con la frescura calcárea y la densidad del Chardonnay.
Este vino desprende una hermosa energía y un estilo gourmet que hará las delicias de las papilas gustativas como aperitivo con mariscos o acompañado de carnes blancas.
