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Obras maestras de vino y licores en su puerta
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La Maison Geoffroy tiene sus orígenes a principios del siglo XVII en las tierras de la comuna de Cumières, en el corazón del Valle del Marne
Desde entonces, el saber hacer vinícola se ha transmitido de generación en generación, y hoy son Jean-Baptiste Geoffroy y su esposa Karine quienes, acompañados de sus hijas, cuidan con pasión su viñedo de 14 hectáreas. Producen Champagnes "de vigneron" como nos gusta decir, es decir, auténticos y portadores de una historia que se encuentra hasta en su sabor a terruño.
El pueblo de Cumières fue el punto de anclaje de la familia Geoffroy en el siglo XVII. Las generaciones se sucedieron, pero no fue hasta principios de los años 50 cuando René Geoffroy y su esposa Julienne decidieron crear su propio Champagne, naciendo así la marca Geoffroy. Su hijo René sucedió a sus padres al frente de la empresa, adquiriendo nuevas parcelas de viñedo para desarrollar el negocio. Su hijo Jean-Baptiste tomó el relevo a finales de los años 80, tras licenciarse en viticultura y enología. Junto con su esposa Karine, tomó la decisión de trasladar la empresa de Maison Geoffroy a Aÿ en 2008. Hoy en día, transmiten poco a poco su pasión y su saber hacer a sus 5 hijas, que encarnarán una quinta generación de viticultores.
La cuvée Volupté 2016 es el fruto de una selección de las mejores parcelas del viñedo de René Geoffroy, cultivadas en el terruño 1er Cru de Cumières. Arraigadas en suelos muy calcáreos, las chardonnays aportan elegancia, finura y mineralidad a este vino.
Originario de una mezcla de dos parcelas distintas, una de las cuales -Les Chênes- produce vinos marcados por la fruta y la otra -Les Tourne Midi- vinos marcados por la pureza y la mineralidad, Volupté encarna la definición perfecta de equilibrio.
La edad media del viñedo -35 años- contribuye a la riqueza y complejidad de este vino excepcional.
Beneficiándose de una vinificación por parcelas destinada a preservar las características de cada lieu-dit del que procede, esta cuvée expresa la pureza y frescura del Chardonnay.
A la vista, presenta una espuma fina y ligera. En nariz, revela aromas frutales mezclados con una delicada mineralidad. El paladar, sedoso y refinado, ofrece además un volumen notable y un final persistente y generoso, justificando plenamente el nombre de este Champagne.
Es el compañero ideal para el aperitivo y combina a la perfección con pescados finos, queso de cabra o parmesano. Después de unos años de guarda, se maridará divinamente con foie gras de pato semicocido o a la sartén.
