| Más de 2 000 opiniones |  4.80/5 |
 |
Obras maestras de vino y licores en su puerta
Envío gratuito a partir de 300€ en Europa y a partir de 1000€/$ en EE.UU.
Embalaje seguro y seguro de transporte
Fanny Fougerat, 4ª generación de una familia de viticultores-destiladores.
Instalada en Burie sobre 30Ha de viñas en las Borderies (cru más pequeño de Cognac) y en los Fins Bois, y proveedora de aguardientes destinados a las mezclas de las grandes casas comerciales, Fanny Fougerat se hizo cargo de la empresa familiar a principios de la década de 2010 con la firme intención de vender sus Cognacs bajo su propia marca. De la vid al vino, del vino al aguardiente y del aguardiente al coñac, Fanny Fougerat busca frescura, precisión y autenticidad. Su primera cuvée se embotelló en 2013. Marca el estilo de esta joven empresaria apasionada: coñacs frescos, sin estridencias pero vivos, de una calidad excepcional.
Le Laurier d'Apollon es un coñac de Petite Champagne, un cru con suelos calcáreos apenas cubiertos por una fina capa de arcilla, y que produce aguardientes bouqués de gran finura. La parcela, conocida como "Mère Robin", está plantada exclusivamente con cepas de Ugni Blanc de unos veinte años.
Durante la vinificación, la fermentación dura entre 5 y 7 días a temperatura controlada (<24°C). El vino, con un PH de 3, es complejo y afrutado. Se destila en un alambique de cobre de 25Hl, muy cargado de lías para revelar su riqueza aromática. El envejecimiento se lleva a cabo en dos fases: un periodo inicial de 8 meses en barricas nuevas de roble francés para atemperar el ardor del aguardiente, seguido de diez años en barricas de roble rojo para lograr la complejidad aromática deseada preservando su frescura. Estos coñacs son auténticos, sin aditivos ni colorantes artificiales, sin filtración ni enfriamiento. Esta cuvée Laurier d'Apollon es una edición limitada, destilada en 2011, y limitada a 5 barricas (2.560 botellas).
Es un Cognac a la robe con una suave tonalidad ambarina y reflejos dorados, verde laurel.
La nariz afrutada se abre con frutas maduras y eXóticas, como el albaricoque y la piña asada, entremezcladas con notas ligeramente especiadas, mentoladas e incluso anisadas. Le siguen aromas más cálidos de grano, malta y especias, apoyados por una fina estructura amaderada. El paladar es inmediatamente pleno y carnoso, con sabores de pera, melocotón, ciruela y albaricoque. Luego es rico y potente, invadido por notas de café, cuero y madera de cedro. El final es maravillosamente aromático y energizado por especias, hierbas mentoladas y pimienta agrietada.
Este coñac Laurier d'Apollon sería el acompañamiento perfecto para un tiramisú de café; pero para los más atrevidos, pruébelo con el yodo medido de las ostras Marennes Oléron, o el dulce amargor salado del tapenade de aceitunas negras.
