Acidez y podredumbre noble, socios cualitativos para una gran añada de La Tour Blanche.
Una de las bellezas de nuestra profesión es que cada año escribimos una nueva historia, con sus alegrías y sus obstáculos. Podríamos mencionar las increíbles dificultades a las que nos enfrentamos en 2023: una presión histórica del mildiu, una ola de calor a finales de agosto, drásticas selecciones debidas a la podredumbre agria para nuestros Sauternes y las muchas noches sin dormir intentando averiguar cómo sacar adelante una añada técnicamente difícil.
Pero frente a todas estas dificultades, el ADN de la profesión vitícola y de un Grand Cru es hacerles frente, honrar nuestro estatus y nuestra historia, y recordar únicamente el placer de otro año excepcional.
¡Porque esta nueva añada es magnífica! 2023 tiene podredumbre noble, pasificación y acidez, características que garantizan complejidad aromática y magnífico equilibrio. Esto se refleja en una mezcla atípica de 90% Semillon, 10% Muscadelle. Una acidez históricamente elevada, expresada por nuestros terruños calcáreos, acompaña a una concentración superior a la habitual gracias a nuestros terruños arcillosos. Todo ello hace que Tour Blanche 2023 sea diferente.
La añada 2023 es ante todo la culminación de 4 años de conversión a la agricultura ecológica. Por tanto, nuestro 2023 llevará la etiqueta ecológica. Pero ¡a qué precio! Las heladas de 2017, 2019, 2021, la sequía de 2022 y la conversión ecológica iniciada en 2020 han alterado el potencial de producción de nuestro viñedo. Ha sufrido, y mucho. Podríamos haber seguido con la viticultura convencional, eso habría sido sencillo. Hemos optado por la dificultad, para afrontar los retos del mañana. El precio de todos estos esfuerzos son los bajos rendimientos ¡Significa acabar con 3 hl/ha! Una locura económica, una pasión que no tiene precio.
Cada año, estamos orgullosos de producir una botella de Tour Blanche, el primero de los premiers grands crus classés de Sauternes. 2023 es uno de los mayores logros de la propiedad, ya que la botella es grande, incluso inmensa.
En un mundo en el que la locura humana se expresa a diario, el sentido de nuestra profesión podría ponerse en tela de juicio. Pero el vino sigue y seguirá siendo un placer, un momento de compartir, recuerdos eternos delante de una gran botella abierta. Estoy convencido de que 2023 es una de esas grandes botellas de La Tour Blanche que también dejará una impresión duradera en usted.
A la vista, el color es amarillo pajizo. La nariz es compleja, con notas de compota de frutas amarillas mezcladas con notas muy frescas y cítricas. En boca, con cuerpo y esférico, se acompaña de notas de uva confitada, melocotón y piña que, a medida que el vino evoluciona en el paladar, se complementan con notas de limón confitado, lo que confiere al vino un perfil ácido y una gran profundidad. El final aromático es largo y persisten notas frescas que recuerdan al eucalipto.
Disfrútelo.
