Obras maestras de vino y licores en su puerta
Un champán para una gastronomía excepcional.
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La Casa de Champagne Henriet-Bazin está situada en el corazón del Montagne de Reims, reinando sobre un viñedo de 7,76 hectáreas del que algunas parcelas están clasificadas como Premier Cru alrededor del municipio de Villers-Marmey y como Grand Cru alrededor de los municipios de Verzy y Verzenay. Marie-Noëlle Rainon-Henriet es ahora la cuarta generación que gestiona el Domaine familiar, con un fuerte compromiso con el medio ambiente y la preservación de la biodiversidad. Mientras ella gestiona la vinificación de sus vinos, su marido se ocupa del trabajo en el viñedo.
Fue en 1890 cuando Gaston Henriet decidió fundar su casa con dos amigos viticultores de Verzenay. En aquella época, todas las uvas producidas por los viticultores se vendían a las grandes casas comerciales, Gaston Henriet y sus amigos deseaban así tener el control total de la vinificación de su producción y de su comercialización. Su hijo Robert tomó el relevo en 1930, seguido de Daniel en 1962, que se casó con Michelle Bazin, hija de viticultores de Villers-Marmery. De su unión nació el nombre definitivo de la empresa: Henriet-Bazin. Su hija Marie-Noëlle se hizo cargo del negocio en 1991, y desde entonces no ha dejado de rendir homenaje a sus raíces familiares gracias a Champagnes de gran finura.
El viñedo de Maison Henriet-Bazin está plantado con un 42,5% de Chardonnay, un 35% de Pinot Noir y un 22,5% de Pinot Meunier. Marie-Noëlle Rainon-Henriet ha decidido recientemente cambiar los métodos de trabajo de la Domaine para ofrecer verdaderos Champagnes de terroir. El viñedo se explota desde hace tiempo de forma sostenible y recientemente se ha convertido a la agricultura ecológica. Todas estas medidas favorecen la biodiversidad y la vida en el suelo, lo que repercute en la calidad de las uvas. Sin olvidar que, según su filosofía, lo que es bueno para la vida es bueno para la vid.
La Maison Henriet-Bazin ofrece, en particular, muy bellos Champagnes Blanc de blancs 1er Cru, a base de Chardonnay procedentes de los suntuosos terruños de tiza del Montagne de Reims. Armoniosos Champagnes donde se expresan la frescura y la mineralidad. El Cuvée Hypolite, también en Blanc de blancs 1er Cru pero envejecido en barricas de roble, acompañará perfectamente platos refinados para un bello momento de degustación.
En cuanto a los Blanc de noirs Grand Cru, afirman la potencia y la vinosidad del Pinot Noir. Se trata de Champagnes elegantes y finamente construidos, con una bella efervescencia cremosa, que harán las delicias de los paladares más sibaritas.
Los Cuvées Carte d'Or son Champagnes Millésimés excepcionales, que toman el nombre de la primera añada elaborada por Gaston Henriet en 1896. Envejecidos durante un mínimo de 7 años, presentan una elegancia y una voluptuosidad sin igual.
La Cuvée Léonard Rosé Brut de la Maison de Champagne Henriet-Bazin es una cuvée excepcional que expresa con brillantez la quintaesencia de su terruño Grand Cru. Vendimiado a mano a partir de uvas perfectamente maduras, es fruto de una mezcla equitativa de Chardonnay y Pinot Noir, emblemática de la Montagne de Reims y, en particular, de los prestigiosos pueblos de Verzenay y Verzy.
La incorporación de un 19% de vino tinto, vinificado con esmero por la casa, le confiere una delicada potencia. Estos Pinot Noir orientados al sur le confieren una paleta aromática rica en frutos rojos, expresados con finura y profundidad. Por su parte, el Chardonnay completa este ballet gustativo, ofreciendo una frescura persistente y una gran finura al conjunto.
Para elaborar este Champagne, el Domaine mezcla su tête de cuvée (su primer prensado) con un vino de Réserve procedente de una solera excepcional iniciada en 1968. Tras 9 meses de crianza sobre lías en cubas esmaltadas, seguidos de un mínimo de tres años de meticulosa crianza sobre lías en botella, la cuvée alcanza una madurez ejemplar.
La capa se adorna con bonitos matices dorados y salmón. La nariz se despliega con intensidad, revelando aromas de frutos rojos frescos acompañados de sutiles matices de especias y notas de brioche. En boca, el ataque es vivo y preciso, antes de dar paso a una bella amplitud donde los sabores de fruta madura se mezclan con una mineralidad calcárea, típica de los terruños que dieron origen a este vino. El final es largo, arrastrado por una acidez refrescante y una burbuja fina y persistente, signo de una vinificación magistral. El dosage de 6,5 gr/l asegura una bella pureza en boca manteniendo el equilibrio entre acidez y redondez.
Este Champagne acompañará delicados entrantes, platos de pescado o carnes blancas, así como postres de frutos rojos. Es una auténtica expresión del saber hacer de la Casa Henriet-Bazin.
