20€ o 75€ de regalo para tu 1er pedido suscribirte a nuestra newsletter
Obras maestras de vino y licores en su puerta
Château Lynch-Bages 1995
5º Grand Cru Classé en 1855
Château Lynch-Bages
El Château Lynch-Bages es una de esas ilustres propiedades que han contribuido a la reputación de los grandes vinos de la región.
Situada en las tierras de "Batges", una loma de grava que domina el estuario de la Gironda, su historia comenzó en el siglo XVII, cuando era propiedad de Thomas Lynch, un comerciante bordelés de origen irlandés. En aquella época se llamaba "Lynch cru" y permaneció en la familia hasta 1824.
En 1855, Château Lynch-Bages obtuvo el título de Quinto Grand Cru Classé en la famosa clasificación de los vinos de Médoc para la Exposición Universal de París.
Su historia moderna la ha escrito la familia Cazes, que sigue siendo su propietaria. En 1939, Jean-Charles Cazes, que ya era propietario de Château Les Ormes de Pez en Saint-Estèphe, compró Domaine y le insufló nueva vida elevando su nivel. A su muerte, en 1972, su nieto Jean-Michel Cazes tomó las riendas y poco a poco, gracias a numerosas renovaciones técnicas y rodeándose de las personas adecuadas, consiguió producir un vino a la altura del gran Pauillac. Desde 2006, su hijo Jean-Charles está al frente, siempre con un objetivo en mente, el de producir los vinos más precisos posibles, marcados por la impronta Cazes.
Notas de los críticos profesionales Château Lynch-Bages 1995.
Descripción Château Lynch-Bages 1995
El año 1995 fue un gran éxito para el viñedo bordelés. El clima fue contrastado, marcado por las lluvias de enero a marzo y luego por un tiempo muy bueno de abril a septiembre. Las viñas crecieron de forma constante durante toda la temporada. El verano caluroso y seco inclinó la balanza a favor de una gran cosecha. Finalmente, la vendimia se realizó con total serenidad y en condiciones adecuadas.
El color sigue siendo púrpura intenso, casi negro, con brillantes reflejos teja.
En nariz presenta un sublime bouquet de evolución, con notas de frutos negros maduros, sotobosque, trufa y regaliz. También hay notas de caja de puros y hoja de tabaco.
El ataque es delicado y complejo, revelando una estructura tánica aún presente y mucha concentración. Desprendiendo bellos sabores terciarios de frutas cocidas y torrefactos, se alarga durante largo tiempo sin perder nunca frescura y densidad. El final es largo, sutilmente picante y muy persistente. Un Pauillac con una persistencia excepcional.
Maridaje:
Chateau Lynch-Bages 1995 acompañará de maravilla un plato de tallarines frescos con pimienta blanca y trufa negra del Périgord. Para un plato a base de carne, disfrútelo con una costilla de ternera madurada cocinada sobre sarmientos del Médoc, un filete de venado trufado, un costillar de cordero o una paletilla de jabalí asada.
Para un maridaje con queso, elija quesos prensados y no cocidos: cantal, mimolette viejo, morbier, saint-nectaire y tomme de Savoie. También puede disfrutarse con Brie de Meaux, Gouda o Salers.
De postre, disfrútelo con una selva negra, una ópera o un cremoso pastel de chocolate y almendras.
Potencial de envejecimiento y degustación:
Château Lynch-Bages 1995 encarna la ilustración perfecta de los grandes vinos de Pauillac construidos para envejecer. Ahora que ha alcanzado la madurez y está listo para ser degustado, su potencial será siempre plenamente perceptible.
Para ello, asegúrese de colocar la botella en la sala de servicio a una temperatura de entre 15 y 18°C la víspera. Lo ideal es abrirla de 4 a 5 horas antes de la degustación, no es necesario decantarla.
Las botellas deben conservarse en la bodega, protegidas de la luz, tumbadas, a un grado higrométrico óptimo del 70%.