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Obras maestras de vino y licores en su puerta
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Esta Casa de Champagne fue creada en 1760 en Reims por François Delamotte, el fundador. Algún tiempo después, su hijo Alexandre compró una casa y bodegas en Mesnil-sur-Oger, donde Delamotte sigue instalada.
La marca y el local fueron comprados en 1927 por Marie-Louise de Nonancourt, y fue su hijo, Charles, quien lo dirigió de 1948 a 1988.
Después, en 1988, la casa fue comprada por Laurent-Perrier y fue dirigida por Bernard de Nonancourt hasta 2010, cuando Alexandra y Stéphanie de Nonancourt tomaron la antorcha para escribir el futuro de esta Casa.
El Blanc de blancs 2018 encarna la excelencia de la Maison Delamotte en los prestigiosos terruños de Côte des blancs.
La añada 2018, caracterizada por precipitaciones récord seguidas de un rápido periodo vegetativo y un verano caluroso, produjo chardonnays de impecable calidad sanitaria. La tiza de Côte des blancs, que almacena agua durante el invierno, desempeñó un papel clave en el éxito de esta añada, que recuerda a las condiciones de 1976 pero con abundancia de fruta.
El ensamblaje de vinos procedentes de seis crus excepcionales - Mesnil-sur-Oger, Avize, Oger, Cramant, Chouilly y Oiry - confiere a este Blanc de blancs una complejidad y una armonía notables. Cada terruño aporta su propia firma, desde la pureza y mineralidad calcárea de Mesnil-sur-Oger hasta la elegante acidez y redondez de Oiry.
Desgoronado en su cuarto año, este Champagne revela ahora un potencial deslumbrante, al tiempo que promete una evolución fascinante con el paso de los años.
Por ahora, se engalana con un color oro blanco, adornado con un fino cordón de espuma persistente. La nariz se abre con notas de pera Williams y cáscara de cítricos, que evolucionan hacia aromas de espino blanco, avellana fresca y especias dulces.
En boca, el ataque limpio lleva la firma de los terruños calcáreos y evoluciona hacia matices alimonados. El paladar medio florece en una explosión de frutas de verano, mezclando melocotón de viña, avellanas tostadas y un toque de huerto, antes de dar paso a un final largo y noble.
Este Blanc de blancs Millésimé es un Champagne gourmet por excelencia. Sorprenderá en platos delicados como el "dim sum" cantonés o un ceviche de dorada, y se impondrá con brillantez en los clásicos de la cocina francesa.
