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Obras maestras de vino y licores en su puerta
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Edmond de Ayala en 1855, hijo de un diplomático colombiano, se instaló en Mareuil en Champagne para aprender a hacer vino. Se casó en 1858 con una d'Albrecht, que aportó a la boda el Château d'Aÿ y su viñedo, y juntos fundaron la Maison Ayala en 1860, registrándose la marca en el Tribunal de Comercio de Reims en 1875.
El hermano de Edmond, que entretanto se había trasladado a Londres y era íntimo amigo del príncipe de Gales, pidió a su hermano que desarrollara un Champagne de baja graduación, y Ayala se convirtió así en el proveedor oficial de la corona inglesa. Se crea la imagen del Champagne Ayala y también su éxito.
Las vicisitudes de la crisis de la filoxera en la década de 1885, que casi acaba con el viñedo, el incendio de la bodega y el Château en 1910, la guerra de 1914-1918 y la crisis de 1929 debilitaron a Ayala, que pasó de mano en mano hasta 2005, cuando fue comprada por Bollinger, cuya bodega es casi colindante y está en la misma calle.
La añada 2018 se caracterizó por un invierno lluvioso, una primavera suave y un verano seco y soleado, todo lo cual auguraba unas condiciones óptimas para una cosecha temprana y generosa, con unas condiciones sanitarias casi perfectas, especialmente para los Chardonnay.
Para el Maestro Bodeguero, parecía faltar algo y, por primera vez, decidió dejar fuera del pliego de condiciones de la cuvée únicamente los Chardonnays "Premier y Grand Cru" de Côte des blancs (Chouilly, Cramant, Mesnil-sur-Oger, Oger...), integrando Chardonnay de "Premier Cru" Bisseuil y Cuis de Montagne de Reims, donde tenemos menos de esta austeridad calcárea, que da untuosidad y cremosidad. Los vinos permanecerán 6 años de crianza sobre lías antes del degüelle y un ligero dosage a 5g/L.
Este Blanc de blancs es por tanto un Extra brut dotado de una bella complejidad aromática y una efervescencia cremosa.
El color, brillante, es de un bello amarillo pálido con reflejos oro blanco, y adornado con burbujas finas y dinámicas.
La nariz es sutil y atractiva, con sus delicadas notas de flores blancas y pera, intenso jazmín y pomelo, y golosa miel ligera y frangipane.
En boca es redondo y voluminoso, en perfecta continuidad con las sensaciones de la nariz. Encontramos flores blancas, cítricos, naranja sanguina y notas de pastelería. El final es sedoso y aéreo, llevado por bellos amargos, salinos y yodados... característicos de los grandes Chardonnays.
Este Blanc de blancs A/18 de Maison Ayala es de una gran pureza y frescura. Es un maridaje perfecto para un carpaccio de vieiras con caviar de limón y albahaca, pero también iluminará tus aperitivos más refinados.
