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Château Lynch-Bages 1988

Bordeaux - Pauillac - 5ème Grand Cru Classé - Château Lynch-Bages

5º Grand Cru Classé en 1855

181,94 $
en lugar de 214,05 $
Botella de 0,75 L
Disponible

Envío gratuito a partir de 300€ en Europa y a partir de 1000€/$ en EE.UU.

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Almacenado en bodega con aire acondicionado
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Características
Château Lynch-Bages

Château Lynch-Bages

El Château Lynch-Bages es una de esas ilustres propiedades que han contribuido a la reputación de los grandes vinos de la región. 

Situada en las tierras de "Batges", una loma de grava que domina el estuario de la Gironda, su historia comenzó en el siglo XVII, cuando era propiedad de Thomas Lynch, un comerciante bordelés de origen irlandés. En aquella época se llamaba "Lynch cru" y permaneció en la familia hasta 1824.

En 1855, Château Lynch-Bages obtuvo el título de Quinto Grand Cru Classé en la famosa clasificación de los vinos de Médoc para la Exposición Universal de París.

Su historia moderna la ha escrito la familia Cazes, que sigue siendo su propietaria. En 1939, Jean-Charles Cazes, que ya era propietario de Château Les Ormes de Pez en Saint-Estèphe, compró Domaine y le insufló nueva vida elevando su nivel. A su muerte, en 1972, su nieto Jean-Michel Cazes tomó las riendas y poco a poco, gracias a numerosas renovaciones técnicas y rodeándose de las personas adecuadas, consiguió producir un vino a la altura del gran Pauillac. Desde 2006, su hijo Jean-Charles está al frente, siempre con un objetivo en mente, el de producir los vinos más precisos posibles, marcados por la impronta Cazes.

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Notas de los críticos profesionales Château Lynch-Bages 1988.

Cellar Tracker
92/100
Wine.ch - A. Van Velsen
96/100

Descripción Château Lynch-Bages 1988

Vino de evolución La robe, Lynch Bages 1988 encarna a la perfección la excelencia y la finura de su terruño. Se presenta en la copa con una nariz de bouquet aromático complejo. Una armoniosa mezcla de cereza, aguardiente de ciruela, tabaco y notas de panadería. Una sutil madera le aporta profundidad. En boca, expresa una estructura elegante y refinada. Su cuerpo increíblemente flexible se ve realzado por unos taninos aterciopelados. Los potentes sabores frutales se combinan con aromas de cedro y vainilla. La degustación termina con un final que deja en el paladar un regusto a ciruela durante largos segundos.

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