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Obras maestras de vino y licores en su puerta
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Una Casa de Cognac, situada en Chermignac, en el corazón de esta Saintonge profunda, no lejos de Saintes, ciudad romana de suelos calcáreos donde los romanos plantaron sus primeras vides en la Galia, en los albores mismos de nuestra era.
Saintes podría haberse convertido en la capital del coñac, pero tuvo que ceder el paso a su rival Cognac, que más tarde daría nombre al aguardiente más famoso de Francia a finales del siglo XIX.
La casa Vallein-Tercinier se fundó en 1850 y aún hoy la dirige una 5ª generación que lleva el mismo nombre.
Vallein Tercinier es una casa familiar totalmente independiente que, desde hace más de un siglo y medio, destila y madura aguardientes de todas las añadas para ofrecer a los conocedores la mejor selección de Cognac blend y Cognac Brut de barrica.
El Cognac aquí seleccionado es un Brut de fût (es decir, el Cognac no ha sido reducido, ha sido embotellado en su grado natural, aquí 48,3% vol) procedente exclusivamente del cru de Cognac, Les Bons Bois. Se trata del cru más heterogéneo, con formaciones jurásicas y cretácicas. El clima es marcadamente marítimo (zona occidental) y continental (zona oriental). Los aguardientes son de tipos muy diversos, pero en general potentes y predominantemente "afrutados".
Este Cognac de Bons Bois "Lote 88" ha envejecido 15 años (barrica N°0116 - embotellado 2023) en barricas de roble de Limousin, luego seleccionadas por el maestro bodeguero por su intensidad y complejidad, su frescura y perfecto equilibrio, y sobre todo por el placer gustativo proporcionado. Se trata de una edición limitada, sin filtrar y de color natural, de la que sólo se han producido 500 botellas.
La nariz es intensa y seductora, con la generosidad de la fruta confitada, el praliné y el cacao, y la elegancia del jazmín, la tila y la flor de vid. En boca es opulento pero vivo, con crema pastelera, avellanas tostadas y fruta confitada, todo ello salpicado de pimienta blanca y cilantro fresco.
Este Bons Bois "Lot 88" tiene un toque lácteo regresivo que nos transporta a la infancia... ofrézcalo con una crème brûlée o, mejor aún y de forma más artesanal, con huevos con leche
