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Obras maestras de vino y licores en su puerta
Château Cantemerle
Los vestigios de la fortaleza de Cantemerle se remontan al siglo XIII, y fue a principios del siglo XVIII cuando el viñedo apareció realmente casi en su forma actual.
Las huellas de la fortaleza de Cantemerle se remontan al siglo XIII y fue a principios del siglo XVIII cuando el viñedo apareció realmente casi en su forma actual.
Es un quinto Grand Cru Classé según la prestigiosa lista de 1855, presentada al Emperador Napoléon III.
El viñedo se extiende sobre aproximadamente 90 hectáreas sobre un suelo y subsuelo de grava de Garona y un contexto silico-gravioso Rare y la edad media de las vides es de 40 años. Variedades de uva: Cabernet Sauvignon: 50%, Merlot noir: 40%, Petit Verdot: 5% y Cabernet Franc: 5%. El rendimiento es de 600.000 botellas dependiendo de la añada, es decir, una producción de 6.500 a 6.800 botellas por hectárea.
Todas las uvas se vendimian a mano y los granos pequeños se seleccionan en la bodega. El encubado dura entre 28 y 30 días y, a continuación, el vino envejece en barricas nuevas aproximadamente la mitad durante 16 meses antes de ser embotellado
Notas de los críticos profesionales Château Cantemerle 2020.
Descripción Château Cantemerle 2020
La añada 2020 en Château Cantemerle
A mediados de marzo, casi dos semanas antes de la media, se abrieron las yemas de las viñas. El mes de abril, muy suave, estuvo marcado por abundantes precipitaciones, que se hicieron casi diarias hasta mediados de mayo. Durante este periodo, el mildiu en todas sus formas fue muy agresivo. A continuación, el ciclo vegetativo continuó en condiciones climáticas complicadas, con lluvias frecuentes, sobre todo durante la floración. A esto siguieron algunos días muy soleados, que aceleraron el crecimiento de la cepa Brut. Este año, ¡el equipo de viticultura estuvo especialmente disponible para mantener el viñedo al día!
El envero comenzó a mediados de julio, con un calor a veces agobiante y la aparición de la sequía, que ralentizó el ciclo vegetativo. Sin embargo, una serie de finos chubascos en torno al quince de agosto permitió reanudar la vendimia. Los primeros días de septiembre estuvieron marcados por grandes variaciones de temperatura entre el día y la noche. Este fenómeno permite a las uvas perfeccionar su madurez ablandando las paredes celulares que contienen los compuestos nobles de la uva, lo que facilita su extracción. Es un marcador de calidad poco conocido por el gran público, pero muy apreciado por los enólogos.
Por último, la vendimia se desarrolló sin contratiempos del 14 al 30 de septiembre, a pesar de algunas lluvias tormentosas al final.
Debido a la sequía que precedió y acompañó a la vendimia, los rendimientos fueron un 20% inferiores a los del año anterior. En cuanto a la calidad de los vinos base, es muy prometedora, al igual que las añadas 2010 y 2016.