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Obras maestras de vino y licores en su puerta
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Klein Constantia es una emblemática bodega Domaine situada en el corazón de los viñedos del Cabo sudafricano
Fundado en 1685, este Domaine goza de una rica historia y una reputación mundial por sus vinos de calidad excepcional, en particular su famoso vino de postre, Vin de Constance.
La historia se remonta a Simon van der Stel, el fundador del Cabo de Buena Esperanza, que estableció una granja en estas tierras en 1685. El Domaine fue bautizado como Constantia en honor de la hija de van der Stel. A lo largo de los siglos, Domaine ha pasado por diversas fases de prosperidad y adaptación, pero su compromiso con la calidad de la uva y la tradición vitivinícola ha persistido.
Una de las épocas más notables está asociada al Vin de Constance, un vino dulce de postre que alcanzó renombre mundial en los siglos XVIII y XIX. Era apreciado por las cortes reales europeas, incluida la de Federico el Grande de Prusia y Napoleón Bonaparte. Tras un periodo de declive a principios del siglo XX, Vin de Constance se revitalizó en la década de 1980 y hoy se considera uno de los mejores vinos de postre del mundo.
El Domaine abarca unas 146 hectáreas, con viñedos enclavados en las laderas de la vertiente oriental del monte Constantia. El microclima particular de la región, influido... Ver más ...
Incluso más impresionante que el magnífico 2014, Vin de Constance 2015 es una de las mejores añadas de este icónico vino dulce, elaborado con uvas Muscat de Frontignan. Envejecido en barricas de roble francés y húngaro, así como un toque de madera de acacia, durante 3 años antes de ser embotellado.
El resultado es digno del mayor liquoreux del mundo: La robe oro profundo es brillante y animado. La percepción en nariz es exuberante y explosiva, con aromas afrutados de cítricos maduros, piel de mandarina, albaricoques estofados, pasas sultanas y kumquat. Siguen otras capas aromáticas complejas: agua de rosas, agujas de pino, miel y toques tropicales de mango y piña. Al airearse, aparecen también notas de vainilla, canela y flores secas.
En boca, el equilibrio entre fruta y acidez es impresionante. Más parecido a Barsac que a Sauternes en términos de potencia, es fresco y refinado, con cítricos y ralladura de naranja que equilibran el azúcar residual (173 g/litro). El dulzor del azúcar se acompaña de notas de azahar, pera escalfada y pasas sultanas. El espléndido y largo final presenta notas de piña, ralladura de naranja, especias dulces y una acidez que cosquillea el paladar y contribuye a la frescura.
Puro, extraordinario y mágicamente legendario, este vino de Constanza es uno de los vinos de postre más consistentes del mundo. Bébalo ahora, sabiendo que evolucionará y mejorará con el tiempo, a lo largo de varias décadas... Combina a la perfección con quesos de pasta azul, como el Roquefort, así como con todos los postres cítricos.
